Mujeres que se convertían en el soporte absoluto de los hombres revolucionarios, llevaban de comer a su esposo y a la tropa, se encargaban de los hijos y de su educación, entre otras tareas.
Si su Juan llegaba a fallecer o algo le pasaba, eran las Adelitas las que tomaban su lugar y luchaban a la par con los demás miembros de la tropa, por la tierra y la libertad.
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