jueves, 24 de febrero de 2011

LAS SOLDADERAS


 Las Adelitas fueron unos personajes muy importantes en la Revolución Mexicana, ocupando un rol fundamental en el desarrollo del movimiento revolucionario. Adelita era aquella mujer que andaba atrás de su pareja, “de su Juan”, como antes se decía.



 



Mujeres que se convertían en el soporte absoluto de los hombres revolucionarios, llevaban de comer a su esposo y a la tropa, se encargaban de los hijos y de su educación, entre otras tareas.


Si su Juan llegaba a fallecer o algo le pasaba, eran las Adelitas las que tomaban su lugar y luchaban a la par con los demás miembros de la tropa, por la tierra y la libertad. Estas mujeres se caracterizaron por ser muy valientes.





La mujer de esta época ocupaba todos los roles que podía, una ‘todologa’, como la mujer actual, guerrera y esposa, a lado de su Juan, madre y padre, pues tenía que llevar el soporte económico de la familia.









Pero no todas las Adelitas iban a la Revolución, había quienes se quedaban en su casa a ocupar el papel del hombre al preocuparse por el sustento de sus hijos, pues tenían que conseguir dinero, vendiendo alimentos, ofreciéndose como voluntarias en los hospitales para cuidar a todos los heridos



ADELITAS "MUJERES MARAVILLOSAS"

En este sentido, una mujer muy importante en la Revolución en Morelos fue Felícitas Sánchez, la primera en preparar el taco acorazado, esto en 1908 en el municipio Cuautla, alimento que acompañó a todos los revolucionarios en su lucha ya que era fácil de llevar.
“Podemos decir que el taco acorazado tiene el olor y el sabor de Revolución, esta mujer fue un ejemplo a seguir para todas las que apoyaron este fin, y fue el sustento de muchas familias, pues al quedarse solas este fue su medio de sobrellevar la situación en esa difícil etapa”, asegura el cronista morelense.
“Las Adelitas en Morelos fueron parte fundamental, pues sin ellas no se hubiera dado la Revolución en el estado. Un caso que ejemplifica perfectamente esto, es el de Rosa Bobadilla viuda de Casas, una mujer proveniente del estado de México pero residente de Yautepec.



Felícitas Sánchez

Rosa Bobadilla ocupa un sitio privilegiado en la lucha revolucionaria debido a que tras la muerte de su esposo, el coronel Severiano Casas, en 1910, el caudillo del sur, Emiliano Zapata, le propone cubrir el puesto, pues vio en ella una actitud de valentía que incluso la llevó a ser nombrada “La Coronela”, teniendo a su cargo 200 miembros del movimiento revolucionario.
Bobadilla se unió a la bola con todo y sus dos hijos, pero uno de ellos, José María murió en 1914, y un año más tarde ocurre lo mismo con Alfonso su segundo hijo, no obstante, esto no dobla a “La Coronela” quien no se rinde y sigue en su lucha, afirma Palma Vargas.
Al terminar la Revolución el caudillo del sur le regala una casa ubicada en la actual calle Carlos Cuaglia para que “La Coronela” pueda vivir cómoda sus últimos años de su vida. Bobadilla convierte esta casa en una vecindad para que pudieran vivir ahí varias Adelitas que se habían quedado solas, asimismo, habita a familias que no tenían algún otro lugar para vivir, dicha vecindad existió hasta la década de los 90.
Las Adelitas más que ser mujeres revolucionarias, trayendo puestas unas cananas y estar a acompañadas de escopetas, son todas aquellas mujeres que se preocupan por sacar adelante a su familia, “ser Adelita es más que una vestimenta, es una forma de vivir, de pensar, actualmente existen Adelitas arquitectas, abogadas, amas de casa




ROSA BOBADILLA



Sin duda hay muchas mujeres ejemplares llamadas adelitas pero son demasiadas para poner a cada una, sin embargo la participacion de estas mujeres nos hace valorarlas mas, siempre estan hay cuando las necesitamos no importa la situacion ni el momento.

he aqui videos que contienen corridos acerca de las adelitas...






En lo alto de una abrupta serranía
acampado se encontraba un regimiento
y una moza que valiente lo seguía
locamente enamorada del sargento.
Popular entre la tropa era Adelita,
la mujer que el sargento idolatraba
que además de ser valiente era bonita
que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y se oía que decía
aquel que tanto la querí…
Si Adelita se fuera con otro
la seguiría por tierra y por mar,
si por mar en un buque de guerra
si por tierra en un tren militar.
Si Adelita quisiera ser mi esposa,
y si Adelita ya fuera mi mujer,
le compraría un vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.
Y después que terminó la cruel batalla
y la tropa regresó a su campamento
por la vez de una mujer que sollozaba
la plegaria se oyó en el campamento.
Y al oírla el sargento temeroso
de perder para siempre su adorada
escondiendo su dolor bajo el reboso
a su amada le cantó de esta manera…
Y se oía que decía
aquel que tanto se moría…
Y si acaso yo muero en la guerra,
y mi cadáver lo van a sepultar,
Adelita, por Dios te lo ruego,
que por mí no vayas a llorar.

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